Los dos últimos años han sido como una montaña rusa. En la vida cotidiana, el clima político y, por supuesto, el mercado de valores. Después de una caída repentina tras la llegada de la pandemia, las acciones han tenido una trayectoria ascendente aparentemente interminable con solo unos sectores muy afectados, como la aviación y el ocio, quedándose rezagados. Al empezar 2022, la población cada vez más expuesta al mercado se pregunta una cosa: ¿cuánto tiempo puede continuar este crecimiento desenfrenado?
Los gurús y los aspirantes a profetas han estado prediciendo una gran caída desde 2014, pero los índices han seguido avanzando a pesar de todo. Sin embargo, como dice el viejo refrán, todo lo que sube debe bajar, y ciertamente hay bastante viento en contra en este momento. Los altos niveles de inflación, la reducción de los estímulos de los bancos centrales y las nuevas variantes de coronavirus amenazan con golpear el crecimiento desbocado. Por lo tanto, analicemos algunos de estos riesgos y veamos qué se puede hacer para proteger el capital en este nuevo año.
Inflar la burbuja
La mayor preocupación macroeconómica de 2021 ha sido sin duda la inflación por encima de la meta que ha incrementado significativamente los costos de hacer negocios, justo cuando las empresas intentan volver a la normalidad. Después de mucho tiempo, la Reserva Federal de los EEUU (y otros bancos centrales del mundo) finalmente anunciaron medidas combativas, incluida la reducción del estímulo y aumentos de las tasas de interés. Su renuencia a dar estos pasos era bastante comprensible dada su propensión a provocar una corrección significativa en el mercado de valores.
De hecho, si la Reserva Federal cumple su promesa de tres aumentos de las tasas en 2022, una reducción del 20-30 % es perfectamente plausible. Pero eso no significa que debas vender todo y acumular efectivo. ¿Recuerdas la inflación de la que estamos hablando? Si bien obtener algunas ganancias de mercados sobrecalentados como el sector tecnológico de EEUU es quizás una buena idea, hay muchas acciones que todavía están subvaluadas. Nombres de valores establecidos como Berkshire Hathaway, Wells Fargo o Coca-Cola podrían ser un buen movimiento conservador. Sin embargo, el mundo es mucho más grande que Estados Unidos. y aquellos con un mayor apetito por el riesgo tal vez quieran considerar algunos de los gigantes tecnológicos derrotados de China: Alibaba, Baidu y Tencent están operando en torno al 40 % por debajo de sus máximos históricos.
Omicron y otras mutaciones
Mientras estamos en el tema de China, parece la coyuntura perfecta para discutir el riesgo de Omicron y las nuevas variantes de coronavirus en su conjunto. Omicron fue aclamado inicialmente como un salvador y el final potencial de la pandemia debido a su baja gravedad y alta tasa de transmisión. Lamentablemente, la escasa eficacia de las vacunas existentes contra Ómicron está provocando un aumento de las hospitalizaciones entre los más vulnerables, instando a los gobiernos a considerar nuevas restricciones y confinamientos.
Obviamente, esto sería una mala noticia para el mercado de valores y podría ser un catalizador para las correcciones en los países afectados. Dado que el virus muta constantemente, el riesgo de tal evento podría ser aún mayor si vemos una variante que es tan transmisible como Omicron pero que causa una enfermedad más grave.
Sin embargo, como dicen, cualquier crisis es también una oportunidad, una que los fabricantes de vacunas ya están capitalizando. Pfizer y Moderna han comenzado a desarrollar vacunas específicas para Omicron y, mientras tanto, los programas de refuerzo significarán aún más beneficios para estas empresas. Si tenemos en cuenta que estas dos acciones están por debajo del 10 % y casi del 50 %, respectivamente, desde los máximos históricos, esto podría ser un buen juego para montar cualquier volatilidad relacionada con el COVID.
Dinero por oro
Algunas personas prefieren mantener el riesgo al mínimo y están convencidas de que 2022 va a ser el año en que finalmente llegue el ansiado crack. En ese caso, existen siempre los tradicionales activos refugios como el oro y la plata, por no hablar de alternativas menos tradicionales como Bitcoin y Ethereum. Estos activos también serían una sabia cobertura contra la inflación, sobre la cual Jerome Powell, presidente de la Fed, ha declarado ahora que probablemente sea un poco más que meramente "transitoria". No hace falta decir que la diversificación es la clave del éxito de la inversión, y que cualquier cartera sólida debería contener una asignación de metales preciosos (y cripto).
Sin embargo, ahora podría ser el momento de considerar aumentar sus porcentajes de estas clases de activos. El metal amarillo apenas se ha movido en un año, y la plata en realidad ha bajado casi el 20 % con respecto a la demanda industrial reducida, haciendo que ambos sean una compra de forma inteligente en estos momentos. Además del oro y la plata físicos, existe un potencial alcista aún mayor en acciones mineras como Vale y SociedadQuímica y Minera de Chile. En cuanto a las criptomonedas, también existen alternativas a la posesión de BTC o ETH físicos en un exchange de criptomonedas, con productos como Grayscale Bitcoin Trust que ofrecen un método excelente para obtener exposición a este espacio sin la molestia de navegar la criptoesfera.
Libertex Portfolio para inversores a largo plazo
Sea o no 2022 el año en que finalmente llega la crisis, haz todo lo posible para protegerte de posibles descensos. Si haces tu debida diligencia y evitas comprar en máximos históricos, ya has hecho la parte difícil. Para los inversores a largo plazo, Libertex Portfolio podría ser el producto que estaban buscando. Este nuevo tipo de cuenta ofrece una comisión cero y viene con una amplia variedad de ventajas sobre las operaciones de CFD. Lo mejor de todo es que te permite poseer acciones con todos los dividendos. Para obtener más información o para crear una cuenta, visite http://www.libertex.org/invest
