Cómo armar un portafolio de inversiones

Para aquellas personas que están interesadas en invertir, un portafolio de inversiones es algo fundamental y que no puede faltar nunca. Es uno de los primeros pasos y consiste en un conjunto de diversos instrumentos financieros que buscan capturar rendimientos y bajar el riesgo que implica invertir dinero. 

El portafolio de inversiones es personal, no necesariamente se debe copiar el de otra persona solamente porque tuvo buenos resultados. Cada inversor tiene un perfil distinto. Además, los rendimientos pasados no aseguran rendimientos en el futuro. Es por eso que se debe realizar una serie de pasos y un análisis de mercado antes de empezar. 

Portafolio personal de inversiones

El primer paso para conformar un portafolio de inversiones es definir el perfil y el riesgo que está dispuesto a asumir para lograr su objetivo en cuanto al rendimiento y el plazo. Esto también comienza por la cantidad de dinero que la persona quiere invertir 

Una vez definido el perfil de riesgo, el inversor debe preguntarse por los objetivos a conseguir con una cartera de inversiones. Para esto es importante fijar una rentabilidad representada por un porcentaje del patrimonio invertido. 

Luego hay que determinar el plazo en el que uno va a invertir, es decir, en cuánto tiempo se espera llegar a la rentabilidad establecida. Cuanto mayor sea el plazo, menores son los riesgos y mayores serán las posibilidades de inversión. Por lo contrario, esperar una rentabilidad de corto plazo implica asumir mayor riesgo de perder el parte del capital invertido. 

Estructura del portafolio de inversiones 

La diversificación del portafolio personal de inversiones debe ser siempre una prioridad. Diversificar consiste en tener una amplia variedad de activos en la cartera. Estos pueden ser acciones, bonos, criptomonedas, opciones, etc. 

El porcentaje de cada instrumento en la cartera o portafolio dependerá del perfil de riesgo de cada inversor. Un inversionista más arriesgado seguramente tendrá más renta variable (acciones) que renta fija (bonos). 

Un portafolio de inversión moderada contará con un mix de renta variable y renta fija, con un inversor con cierta tolerancia al riesgo y aceptar pérdidas, con un horizonte de mediano o largo plazo que intentará ganarle a la inflación por un margen considerable. 

Por su parte, un portafolio conservador está adaptado para un inversor de baja tolerancia al riesgo y a la volatilidad, por lo que el rendimiento esperado será igual o ligeramente superior a la inflación. 

Además de los activos financieros como las acciones y los bonos, las personas pueden invertir en fondos comunes de inversión, que ya cuentan con una cartera diversificada y un horizonte de inversión con un objetivo. Además, están regulados por una gestora de bolsa para proteger el dinero de los inversionistas. 

Al igual que los fondos comunes de inversión, existe la posibilidad de los ETF (Exchange Traded Fund), que son fondos que cotizan en la bolsa y buscan replicar el precio de alguno o varios activos. Así, por ejemplo, se puede encontrar el ETF del índice S&P 500, el más importante de los Estados Unidos y que capta a las 500 empresas más importantes que cotizan en la bolsa de valores. 

También existen más específicos y centrados en sectores de la economía. Como puede ser la energía, la salud o las telecomunicaciones. 

Una buena cartera de inversión puede estar conformada por activos de corto y largo plazo con mayor o menor riesgo. 

La inversión en los mercados financieros es lo más rentable a largo plazo (años o incluso décadas) pero también conlleva riesgos, por lo que se debe prestar atención cada tanto a la evolución de los activos y del contexto económico, local y/o global.