¿Cómo invertir en S&P 500?

El S&P 500 se considera el índice más representativo del desempeño de los grandes mercados accionarios a nivel mundial. Hoy en día, muchas personas se preguntan cómo invertir en S&P 500 y cuál será su desempeño a lo largo del tiempo. 

Por esta razón, decidimos contarte todo sobre el S&P 500, qué es, en qué consiste y cómo puedes beneficiarte de uno de los índices bursátiles con los rendimientos más sólidos de la actualidad. ¡Toma nota!

S&P 500: ¿qué es, cómo funciona y qué representa?

El índice Standard & Poors 500, mejor conocido como S&P 500, incluye las 500 empresas más grandes y de mayor capitalización en los Estados Unidos. Es un índice bursátil muy popular que ayuda a diversificar el portafolio gracias a las amplias opciones que ofrece.

Para entenderlo a profundidad, primero es necesario conocer el concepto de “índice”. En el mundo de las finanzas, un índice es un tipo de “canasta” o conjunto de distintos instrumentos financieros.

Son muy útiles porque permiten medir el desempeño de distintas regiones, pero también de sectores industriales. Así, cuando se registran cambios en el índice, se puede deducir que existe un cambio en el comportamiento de los elementos que lo componen.

En el caso del índice S&P 500, este ofrece acceso a las empresas líderes en su sector, además, se considera el más importante y representativo del mercado estadounidense. Entre las empresas que concentra, se pueden encontrar las de mayor capitalización, que cotizan en el Nasdaq y en el NYSE (New York Stock Exchange).

Este índice se creó en 1923 por la compañía Standard & Poors. En sus inicios, cubría únicamente a 223 compañías, pero en 1957 pasó por una reformulación cuya versión es usada en la actualidad.

Actualmente, se considera que es el que mejor ayuda a medir el desempeño de los mercados accionarios. Además, ha “destronado” al famoso Dow Jones 30, que anteriormente era el más representativo del mercado bursátil de Estados Unidos.

El S&P 500 es un referente a nivel mundial y es analizado a detalle por todo tipo de inversores. Entre las empresas que destacan dentro del mismo se encuentran Apple, Microsoft, Meta y Amazon. Además de las tecnológicas, también es posible encontrar otras grandes compañías, como JPMorgan, Pfizer, Visa, Walmart y Coca-Cola.

Hoy por hoy, el 30% del índice se compone de empresas de tecnología, teniendo en segundo lugar al sector salud (14%) y luego al consumo direccional (con alrededor de un 11% de participación).

Otros sectores incluidos son financiero, servicios de comunicación, industriales, productos de primera necesidad, energía, inmobiliarias, materiales y servicios públicos.

Para que una empresa entre al índice, es necesario que cumpla con una serie de requisitos, los cuales incluyen: una capitalización bursátil superior a los $4,200 millones de dólares, presencia internacional, capital flotante, viabilidad económica, cotizar en la bolsa, volumen de acciones superior a las 250,000 cada seis meses, entre otros.

Principales ventajas del índice S&P 500

La principal ventaja del índice S&P 500 es que representa una de las inversiones más seguras de todo el mercado. Esto permite mantener amplios niveles de rentabilidad mientras se diversifica el portafolio de inversiones.

Otra de sus mayores ventajas de invertir en el S&P 500 es su capacidad de diversificación. Con 500 empresas diferentes que conforman el índice, los inversores tienen a su disposición empresas de once sectores que engloban a las compañías líderes en su industria. Así pueden reducir el riesgo de concentrar todas sus inversiones en una sola empresa o sector.

Por otro lado, invertir en el S&P 500 es, además, una garantía de crecimiento. De hecho, cuando este crece y el panorama económico es bueno, el índice no deja de crecer. Además, el gran tamaño y transparencia de las empresas que lo conforman hacen que sea fácil de trazar sus fluctuaciones y posibles escenarios a futuro.

Cabe resaltar que desde que salió a cotizar en la bolsa, la única ocasión en que no fue rentable, fue durante el crack de 1929, año en que la bolsa se desplomó un 86%. Fuera de eso, el S&P 500 ha demostrado ser resistente con un crecimiento constante a lo largo del tiempo.

Por último, una gran ventaja de este índice es que se compone por más de 500 acciones de las 500 empresas que lo conforman. Es importante decir que tiene más acciones que empresas, porque permite incluir dos clases de acciones para algunas de ellas. Así que esta es una gran opción para diversificar la cartera de inversiones.

¿Cómo se calcula el S&P 500?

El S&P 500 se calcula mediante la capitalización de mercado de cada una de sus 500 compañías. El valor del índice se obtiene de multiplicar la capitalización de mercado de cada una de las empresas por su peso. Posteriormente, se suman los valores ponderados y el total se divide por un año base. Finalmente, esto se multiplica por 100.

Si vas a invertir, debes saber que la empresa Unitronics Systems Corp. realiza un cálculo cada 15 segundos para determinar los valores del índice.

Libertex te ofrece la opción de invertir en el S&P 500, y puedes hacerlo en el mercado de futuros, donde se encuentra el índice. Es muy común que los inversionistas opten por estos futuros de S&P 500, que consisten en derivados financieros basados en el precio de este índice y que se han hecho muy populares en los últimos años.

También existe la opción de invertir en la sección de Fondos Cotizados en Bolsa (ETFs), pero si no deseas invertir en estos instrumentos, puedes hacerlo mediante acciones.

Al igual que en cualquier inversión, es importante que primero conozcas tu perfil de inversionista, así como tus objetivos. De este modo podrás asegurar los máximos beneficios en tu portafolio.

Ten en cuenta que muchos factores pueden afectar el valor del S&P 500, como las noticias de las compañías que lo conforman, la especulación, además de eventos geopolíticos y factores macroeconómicos. No obstante, sigue siendo uno de los índices predilectos por inversores de todo el mundo.

Por supuesto, el desempeño futuro del índice S&P 500 también dependerá de varios factores. Estos incluyen la evolución de la economía de Estados Unidos y del mundo, la política monetaria y fiscal de dicho país, así como de las tendencias empresariales y tecnológicas, entre otros factores macroeconómicos.

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