Cuando se habla de las principales economías en desarrollo, a veces es posible pasar a India por alto. Sin embargo, con una población de más de 1.000 millones de personas y un poder industrial que rivaliza con el de las economías más grandes del mundo, todos haríamos bien en no subestimar a este gran subcontinente. No sin razón algunos llaman a India la "Nueva China". De hecho, la tasa de crecimiento del PIB de la India promedió entre 5 % y 10 % de 2010 a 2020 y, el año pasado, India destronó a China como la mayor economía de Asia y como la economía de crecimiento más rápido en todo el mundo entre las naciones grandes.
Pero, como el resto del mundo, India vio cómo la pandemia desinfló parcialmente el viento en sus velas. Se interrumpieron las cadenas de suministro y la producción industrial se redujo, ante una mermada demanda mundial de bienes duraderos y productos energéticos. Las cosas empeoraron al punto de que el déficit de cuenta corriente de este país emergente se elevó hasta la alarmante cifra de USD 36.400 millones (esto es, un 4,4 % de su PIB) durante el tercer trimestre de 2022. Las cosas parecen estar cambiando finalmente, y los últimos pronósticos estiman que el déficit comercial indio disminuirá hasta 2,7 % de su PIB en el cuarto trimestre de 2022. Esta, sin duda, será una buena noticia para la rupia, cuyo rendimiento venía siendo deficiente. Pero ¿qué significa esto para los mercados mundiales y los inversionistas, dentro y fuera de India?
Cree siempre en... ¡el oro!
Es un hecho poco conocido, pero la India es el segundo mayor consumidor mundial de oro. De hecho, era el mayor consumidor hasta 2009, año en el que fue sobrepasada por China. Es por ello que el comportamiento de la economía india tiene un efecto enorme en el mercado mundial de metales preciosos. Mientras la tendencia dominante en Occidente es la de que el oro se revalorice en momentos de incertidumbre y dificultades económicas, en India la relación con el metal dorado es muy distinta. Para muchos en el subcontinente, el oro es el método de ahorro favorito y lo aprecian por su extraordinaria capacidad para almacenar riqueza. Por lo tanto, cuando a India le va bien económicamente y sus ciudadanos disponen de un excedente de ingresos para el ahorro, suele darse un repunte en la demanda de oro.
De hecho, el consumo de oro en India durante el mercado bajista de 2022 fue de 774 toneladas, por debajo de las 797 toneladas registradas durante la recuperación postpandémica de 2021. El Consejo Mundial del Oro prevé ahora un aumento de la demanda, tras conocerse que El Niño probablemente no influirá sobre la temporada de monzones de 2023, lo que es absolutamente crucial para la agricultura india. Dado que la India rural representa 60 % del mercado de oro del país, el efecto que supondría el excedente económico generado por una buena cosecha se traduciría, probablemente, no solo un incremento en la cotización del oro en el tercer y cuarto trimestres de este año, sino también una caída de los precios de la mayor exportación agrícola india: la caña de azúcar.
Crudo pero efectivo
La energía es la sangre de cualquier economía, y para un país productor de energía, la buena fortuna típicamente se mide en exportaciones. Sin embargo, durante el último año, los mercados de energía han sido cualquier cosa menos típicos. Pese a la oferta reducida y la incrementada demanda de productos petroleros y de gas como consecuencia de la inseguridad geopolítica en las fronteras europeas, las exportaciones energéticas de India vienen oscilando como un yoyo desde, como mínimo, finales de 2021.
Si bien el país apenas exporta crudo (dado que únicamente tiene disponibles reservas extraíbles para un equivalente de solo tres años), es uno de los principales exportadores de productos de valor agregado al petróleo. Dada la abundancia de petróleo ruso de bajo costo, India ha registrado un crecimiento exponencial en las exportaciones de sus productos refinados. De abril de 2022 a enero de 2023, este indicador se elevó hasta USD 78.600 millones, 54,78 % por encima de los USD 50.800 millones de dólares del año previo.
Si bien pudiera pensarse que este factor sería positivo para el balance comercial de India, debemos tener también en consideración cuánto crudo importó de Rusia. De abril a diciembre de 2022 las importaciones indias de crudo de los Urales se situaron en USD 27.700 millones, aumentando 700 % con respecto a USD 3.400 millones en 2021. Naturalmente, transcurre un período de tiempo entre el momento de importanción del crudo y el momento de exportación de los derivados refinados. Por ello, cualquier cambio en el actual balance de cuenta corriente de India debe ser interpretado con ciertas reservas.
Vuelve el gusto por la peligrosa rupia
Aun con el amor incondicional que los indios sienten por el oro, su moneda es la forma más líquida de capital y su valor está inextricablemente ligado a la salud de su economía. Como moneda de "riesgo inherente", la india ha sufrido considerablemente desde comienzos de 2020 y perdió 20 % de su valor frente a la moneda de refugio mundial: el dólar estadounidense. La relativamente pobre balanza comercial de India, unida a la agresiva política monetaria adoptada por la Reserva Federal de EE. UU., amenazó con empujar aún más hacia abajo a la rupia, aunque ahora la situación parece estar cambiando. Después de que Barclays y Citigroup redujeran sus previsiones para el déficit de cuenta corriente indio a 1,9 % y 1,4 %, respectivamente, parece que el Banco de la Reserva de India ahora podrá reducir sus ventas de reservas de moneda extranjera a la par que mantiene a raya la inflación de productos importados.
La reciente agitación en el sector bancario estadounidense que acabó con la quiebra de SVB y Signature a principios de marzo de 2023 también obligó al ente regulador estadounidense a adoptar un tono algo menos severo en su política monetaria, con su Comité Federal de Mercado Abierto (CFMA) anunciando un nuevo pero relativamente suave incremento de tan solo 25 puntos base sobre la tasa de interés, a la vez que redujo su tasa objetivo del 5 % al 4,75 % en un intento de calmar los mercados. El resultado final de esta fortuita combinación de circunstancias para la rupia india podría hacer que la moneda nacional del subcontinente asiático se fortalezca naturalmente sobre sus propios fundamentos, mientras el billete verde sigue debilitándose ante las continuas preocupaciones del riesgo sistémico que corre el sector bancario estadounidense. Aun cuando dichas ganancias dudosamente serán significativas, el par USD/INR podría acabar ofreciendo una lucrativa posición en largo para los swing traders activos en el Forex.
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