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El colapso de Evergrande acrecienta los temores de una segunda crisis financiera mundial

Vie., 24/09/2021 - 13:51

Las cosas iban bien para China hasta el mes de agosto. Fue una de las primeras naciones en superar la crisis del coronavirus, y el vital sector manufacturero del país parecía estar recuperándose. Posteriormente, el crecimiento del PBI se vio afectado por la variante Delta del Covid-19, y tanto Goldman Sachs como ING redujeron sus previsiones de crecimiento del PBI chino. Actualmente, las cosas han ido de mal en peor, ya que el colapso del segundo mayor constructor de viviendas de la potencia asiática, Evergrande Group, amenaza con ejercer aún más presión sobre la ya tambaleante economía china.

Evergrande es uno de los peces más gordos del mercado chino de bonos de alto rendimiento denominados en dólares, que representa el 16 % de todos los bonos emitidos en el país. Lamentablemente, parece que el gigante de la construcción incumplirá sus obligaciones, ya que Fitch lo considera "muy probable" y Standard and Poor's lo califica de "inevitable". Tras la divulgación del alcance de los problemas financieros de Evergrande, presenciamos una de las mayores jornadas rojas de los mercados asiáticos en lo que va de año, y el 20 de septiembre ya ha sido bautizado como "Black Monday". Los daños no se limitaron a Asia. Los mercados bursátiles mundiales perdieron más del 2 %, las criptomonedas cayeron más del 7 % y las materias primas bajaron más del 1,5 %.

¿Es este el comienzo de GFC 2.0?

Solo el año pasado, la deuda mundial aumentó en $24 billones para alcanzar los $281 billones o el 355 % del PBI global. En el primer semestre de 2021 aumentó en otros $19 billones y ahora asciende a $300 billones. Alrededor del 31 % de esta nueva deuda proviene de los mercados en desarrollo, con China a la cabeza por cierto margen. Naturalmente, el impacto del colapso de Evergrande en Asia y el efecto de contagio observado en todos los mercados mundiales tienen a muchos inversores preocupados por la posibilidad de que nos dirijamos a otra crisis financiera mundial (GFC por sus siglas en Inglés). Para poner las cosas en perspectiva, las deudas del Grupo Evergrande representan el 2 % del PBI total de China. No es una suma pequeña, sin duda, pero hay que recordar que en 2008-2000, las deudas de Lehman Brothers eran más del doble de esta proporción del PBI estadounidense (4,2 %). Como tal, es ciertamente comparable, pero ni siquiera se acerca al mismo nivel de estrago.

China se mantiene en la sombra

Aunque a primera vista el colapso de Evergrande no se parece en absoluto al de Lehman Brothers, la gran preocupación aquí es que la empresa podría ser sólo la punta del iceberg. En la famosa "economía sumergida" de China, pronto podríamos descubrir que hay docenas de otras grandes empresas en la misma situación y que las autoridades del partido están ocultando deliberadamente el alcance del problema. Si a esto le añadimos la posibilidad de que se produzca el efecto dominó natural que vimos en los años noventa, podría resultar demasiado para las autoridades chinas. Otro rasgo específico de la economía china —donde la inversión en bolsa está desalentada entre la población en general— es el enorme sesgo de los inversores privados hacia el sector inmobiliario. De hecho, el mercado inmobiliario chino representa el 28 % del PBI de China, y el 40 % de la riqueza de los hogares está ligada a la propiedad inmobiliaria.

Entonces, ¿podrá la RPC (República Popular China) contener la crisis?

Entre el coronavirus y los riesgos enumerados anteriormente, otra ola de problemas económicos en China representa una posibilidad real. Además, dado lo poderoso e integrado que está el gigante asiático en la economía mundial, una crisis de la deuda china podría provocar sin duda una tormenta en los mercados financieros de todo el mundo. Mucho dependerá de cómo respondan las autoridades de la RPC y los principales bancos centrales del mundo. Si China no consigue contener el problema a nivel nacional, es posible que se produzca un contagio en toda Asia y en el resto del mundo.

Lógicamente, los primeros en sentir el pellizco serán los socios comerciales más cercanos de China y las economías centradas en las materias primas. Después de esto, es probable que veamos una salida de capital de los mercados en desarrollo, seguida de ventas de activos a gran escala. Afortunadamente, la economía dirigida de China significa que las autoridades del país tienen mucho más poder para evitar las caídas desbocadas que, por ejemplo, el Equipo de Protección contra las Caídas de los Estados Unidos, y harán todo lo posible para salvaguardar la riqueza de la nación. Por lo tanto, podemos esperar con toda seguridad que el Banco Popular de China proporcione liquidez a los bancos comerciales que prestaron al sector inmobiliario, lo que debería ser suficiente para ayudarles a superar la tormenta.

Dicho esto, el RMB chino ya ha recibido un duro golpe con las recientes revelaciones, bajando a 6,4817 por dólar. Pero si la crisis se agrava y el banco central chino se ve obligado a inyectar una liquidez importante, el yuan podría caer aún más.

¿Qué pueden hacer los inversores?

Según las notas dirigidas a los inversores, las empresas de inversión de todo el mundo han indicado que podría producirse una corrección de hasta el 10-20 % desde los máximos del año en curso cuando se haya asentado toda la polvareda al respecto. Teniendo esto en cuenta, es muy aconsejable que los participantes en el mercado empiecen a considerar los activos e instrumentos defensivos que tienden a funcionar bien en tiempos de crisis y colapsos. En los mercados en desarrollo, las monedas locales podrían verse presionadas por las salidas de capital y las correcciones de los precios de las materias primas. Por esta razón, los activos denominados en dólares (o incluso el propio USDX) deberían preferirse a todos los demás. Aquellos con un mayor apetito por el riesgo también podrían considerar aprovechar la oportunidad de vender activos a través de CFD, con los principales índices asiáticos y las materias primas como posibles candidatos para los vendedores en corto.

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